La humildad es... Artículo #17
- Sofia Alvarez
- 17 jun 2019
- 2 Min. de lectura

Cada día que tu y yo vivimos, es por la gracia de Dios, y sí, cada día Dios quiere que marquemos la diferencia en el lugar en el que él nos ha puesto, y lo podemos hacer por medio de un espíritu y actitud humilde, pero, ¿qué es la humildad? La humildad es...
1. Reconocerlo a él día con día.
Cada mañana al despertar, ¡da gracias a Dios por ese día! y ¡por todo aquello que te ha permitido lograr hasta ese día!, como dice Pablo:
"Pero por la gracia de Dios soy lo que soy; y su gracia no ha sido en vano para conmigo, antes he trabajado más que todos ellos; pero no yo, sino la gracia de Dios conmigo." (1 Corintios 15:10)
Reconozcamos que todo lo que tenemos, todo lo que hemos podido lograr y las personas que tenemos a nuestro alrededor, son por la gracia de Dios y por su infinita misericordia, no caigamos en el error de creer que todo es por que somos muy buenas o porque lo merecemos, la Biblia dice:
"Digo, pues, por la gracia que me es dada, a cada cual que está entre vosotros, que no tenga más alto concepto de sí que el que debe tener, sino que piense de sí con cordura, conforme a la medida de fe que Dios repartió a cada uno." (Romanos 12:3)
2. Reconocer a cada una de tus autoridades.
"Igualmente, jóvenes, estad sujetos a los ancianos; y todos, sumisos unos a otros, revestíos de humildad; porque: Dios resiste a los soberbios, Y da gracia a los humildes." (1 Pedro 5:5)
Humildad, no es sólo que reconozcas a tu Dios día con día, sino que también reconozcas a cada una de tus autoridades, dales el lugar que se merecen en tu vida, honralos con tu obediencia, pídeles consejo siempre que tengas que tomar decisiones en tu vida, ten una actitud dispuesta a estar siempre bajo su dirección, pues toda bendición siempre vendrá de la sumisión y honra que demos a nuestros padres y autoridades.
3. Reconocer a aquellos que están en nuestro alrededor.
"Nada hagáis por contienda o por vanagloria; antes bien con humildad, estimando cada uno a los demás como superiores a él mismo;.." (Filipenses 2:3)
Recuerda que siempre va a haber alguien a quien servir, debemos de permanecer dispuestas a servir a los demás, a enseñar, a ayudar en todo lo que podamos, pero, siempre con un corazón en la posición correcta delante de Dios, esa es la clave, si tu corazón esta bien delante de Dios, lo estará delante de los demás.
Como hijas de Dios, es necesario que aprendamos humildad delante de Dios, delante de nuestras autoridades y de aquellos que nos rodean, la humildad revela la reverencia, amor y gratitud que tienes hacia tu Dios, y todo eso solo puede venir de una relación íntima con él, aprende a conocerlo mejor, a amarlo, a depender de él en todo momento, y dejar que otros lo puedan ver en ti.
Dios les bendiga.
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