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Susannah Spurgeon. Biografía #9


Susannah Spurgeon siempre será recordada como la fiel esposa y fuente de ánimo para el gran predicador Charles Haddon Spurgeon.

Biografía: Susana Thompson nació el 15 de enero de 1832, hija del Señor y la Señora R.B. Thompson de los suburbios del sur de la ciudad de Londres. Ella fue criada en un hogar piadoso y tuvo amigos cristianos serios y comprometidos mientras creció y ella misma se hizo cristiana siendo una joven. Pero en esos días no habían muchas organizaciones que animaran a los jóvenes creyentes a seguir el servicio cristiano o profundizar su conocimiento de Dios, había un ambiente de frialdad e indiferencia que era común entre la juventud de esos días, del cual Susannah no era la excepción.

El 18 de diciembre de 1853, Susannah vió y escuchó por primera vez al hombre que más tarde se convertiría en su amado esposo. Charles Spurgeon era un simple joven de 19 años al cual le había sido encargado el predicar en el famoso New Park Street Chapel (ahora llamado " The Metropolitan Tabernacle") en Londres. Ante la insistencia de sus amigos, ella fue al servicio. En aquel momento de su vida, su estado espiritual era de una frialdad tal que ella no pudo entender la clara predicación del evangelio que este hombre joven estaba realizando, así que no quedó impresionada con su predicación. La ciudad de Londres estaba impresionada con el elocuente predicador de diecinueve años, pero Susannah definitivamente no lo estaba cuando por primera vez lo vio y escuchó, de hecho comentó: “¡Así es que esto es lo que llaman elocuencia! No me impresiona. ¡Qué insufrible era su estilo campesino!, ¡Algún día va a dejar de crecer con ese horrible pañuelo azul de seda! Y ese pelo, ¡porque parece el ayudante de un barbero!

Muchas veces Susannah lo vio en la casa de sus queridos amigos, el señor y la señora Olney, quienes eran miembros de la iglesia. Aunque ellos se veían bastante seguido, ninguno de los dos (el señor o la señora Spurgeon) recuerdan cuando los presentaron por primera vez. Pero parece que no pasó mucho tiempo para que Susannah superara sus prejuicios respecto a Charles como predicador y ella pronto se dio cuenta de que su vida espiritual estaba lejos de cómo debería ser. Mientras en las semanas siguientes ella escuchaba las predicaciones de Spurgeon, gradualmente cambió su enfoque desde las vestiduras del mensajero hacia el mensaje que éste entregaba.

Ella iba a la iglesia más seguido mientras el Espíritu Santo usaba la predicación de Spurgeon para exponer su superficialidad e indiferencia hacia las cosas de Dios. Ella buscó consejo a través de Charles y otras personas. Sabiendo de su deseo de mejorar su caminar cristiano, Charles le regaló una copia ilustrada del libro “The Pilgrim's Progress” (El Progreso del Peregrino) para ayudarla a través de su camino. En el libro, él escribió “Señorita Thompson, con deseos de progreso en este bendito peregrinaje, de parte de C.H. Spurgeon”. Ella quedó muy impresionada por su preocupación por ella y su lucha por algunos meses, Susanna alcanzó una plena seguridad de su fe en Jesucristo. El 20 de junio de 1854 los dos jóvenes fueron a la brillante apertura del London Crystal Palace (el Palacio de Cristal de Londres) juntos. Charles le leyó a Susannah algunas líneas del libro que él estaba leyendo “Pide una buena esposa a tu Dios, porque ella será el mejor regalo de Su providencia… si tu vas tener la esposa de tu juventud, ella ahora está viviendo en la tierra; por lo tanto piensa en ella, y ora por su renuevo del árbol”.

Charles le preguntó a Susannah con una suave voz: “¿Usted ora por aquel que va a ser su esposo?” El corazón de Susannah se aceleró, bajó la mirada y se ruborizó ante las palabras del joven pastor. Después de las ceremonias de apertura, la joven pareja caminó a través del Crystal Palace (Palacio de Cristal), los jardines y bajaron al lago. Susannah escribió años más tarde: “Durante esa caminata, en ese memorable día de junio, yo creo que Dios mismo unió nuestros corazones con lazos indisolubles de verdadero afecto aunque no lo supiéramos, nos dio el uno al otro para siempre”. La nueva amistad de Charles y Susana se profundizó hacia algo más durante los dos meses siguientes y floreció en amor. Cuando él le propuso matrimonio, ella aceptó gozosamente. El 2 de agosto de 1854, Charles y Susannah declararon su amor el jardín del abuelo de ella. Más tarde escribió con gran asombro: "Dejé a mi amado y mientras me apresuraba a la casa hacia el cuarto alto, me arrodillé ante Dios, lo alabé y le di gracias, con lágrimas de alegría por su gran misericordia por darme el amor de un hombre tan bueno. Si lo hubiera conocido, entonces, cuan bueno era él o cuán grande iba a ser yo habría estado abrumada, pero no más que con la alegría de ser suya además de la responsabilidad que dicha posición conlleva".

Este fue un noviazgo fuera de lo común. Charles tenía poco tiempo libre para dedicarle a Susannah. Una de sus citas más comunes consistían en que Susannah tranquilamente se dedicaba a sus asuntos mientras Charles editaba su sermón semanal para ser publicado. Una vez Susannah acompañó a Charles a hablar a un compromiso en una abarrotada reunión. Mientras caminaban hacia la reunión, Charles estaba preocupado por el mensaje que estaba a punto de dar. Entró por una puerta lateral olvidando completamente a Susannah, quien se encontró apretujada en medio de la multitud tratando de ubicar algún lugar donde sentarse. Ella dejó el edificio y tomó un taxi hacia la casa de sus padres. A la señora Thompson no le simpatizó lo que notó en su hija: que ella esperaba ser también una figura. Sabiamente, animó a Susannah a nunca tratar de hacer de ella un ídolo en el corazón de su prometido. Charles era primero y principalmente un siervo del Señor, y le advirtió a Susannah que ella nunca debería ser un obstáculo para su ministerio, ella escribió: “Nunca olvidé la enseñanza de ese día. Aprendí mi dura lección de memoria: recordar no buscar hacer valer mi derecho de su tiempo y su atención cuando algún servicio de Dios lo requiera”. Durante su noviazgo Charles y Susannah, desarrollaron una afinidad en los asuntos espirituales que se profundizó en la vida de casados. Pasaban tiempo leyendo a Jonathan Edwards, Richard Baxter y otros viejos escritores puritanos. Juntos publicaron una colección de teología puritana llamada "Smooth Stones Taken from Ancient Books" (Piedras Suaves tomadas de Libros Antiguos). Desde el principio, su amor por lo espiritual fue el lazo que fortaleció su temprano amor.

En enero de 1855, después de que Charles recibió una carta de Susannah llena de profundidad espiritual, con sincero anhelo por las cosas de Dios, Charles le escribió: “Querida comprada por la sangre del salvador, tú eres para mí un regalo del Salvador, y mi corazón está lleno hasta rebozar con el pensamiento de tan continua bondad. No me asombro ante su bondad, porque es tal como Él es; pero no puedo sino levantar la voz de gozo ante sus multiformes misericordias. Lo que sea que recaiga sobre nosotros, problemas y adversidad, enfermedad o muerte, no necesitamos temer a una separación final, cualquiera de los dos el uno del otro, o nuestro Dios. Estoy gozoso de que no estás aquí en este momento, porque siento tan profundo que podría rodear mis brazos alrededor tuyo y llorar. Que los selectos favores sean suyos, que el Ángel del Pacto sea su compañía, sean sus súplicas respondidas ¡y sea su conversación con Jesús en el cielo!”.

Charles y Susannah se casaron el 9 de enero de 1856. El 20 de septiembre de 1856, Susannah dio a luz a dos varones gemelos en casa de New Kent Road. Ella quedó débil por algún tiempo después del nacimiento de sus hijos, y aunque eventualmente se recuperó, nunca pudo recuperar su plena y completa salud. Su amor creció durante los años sucesivos. Las muchas pruebas que tuvieron que afrontar solamente fortalecieron su unidad espiritual. Para cuando tenía treinta años de edad, Charles sufría de gota con su consiguiente cuadro depresivo. Susie, como Charles la solía llamar, también estaba enferma y no podía salir de la casa por largos períodos de tiempo. Estando crónicamente enferma, mucho de su vida la pasó sufriendo de achaques que la mantenían en reposo la mayor parte del tiempo. A menudo ella no podía acompañar a su esposo a la iglesia, desanimada y confundida, Susannah clamó a Dios. Más tarde escribiría: “El momento en el cual pasamos por alguna prueba o dificultad, nuestro primer pensamiento debería ser, no cuán pronto podremos escapar o cómo podríamos aminorar el dolor que sufriremos por causa de él, sino como Dios puede ser glorificado de mejor manera en esto”. Pero, ¿Cómo podría Susannah glorificar a Dios o ministrar con su esposo mientras estaba enferma y confinada en su pieza? Aun así, a través de dificultades y problemas, ambos fueron capaces de tener vidas cristianas.

A pesar de los problemas de salud de ambos, Susannah se transformó en una verdadera compañera del ministerio de Charles. El llamaba su “wifey” (mezcla entre wife: esposa y Saturday: sábado) para que fuera y lo ayudara en las tardes de los Sábado. Juntos, leían comentarios y discutían las Escrituras para el sermón del día siguiente. Susannah fue la tabla de salvación y apoyo emocional. Cuando él estaba desanimado, ella le leía desde Richard Baxter: “El Pastor Reformado” hasta la poesía de George Herbert. También aconsejaba a mujeres y jovencitas de la iglesia, además de enseñar cuidadosamente a sus gemelos. Se las arreglaba para cumplir con su rol de ama de casa sabiamente y sin quejarse soportaba los períodos de separación de los viajes de Charles, dándole la bienvenida cuando regresaba a casa. Sus días estaban llenos y su pequeña familia era feliz. Aunque débil y frágil durante mucho de su vida adulta, Susannah fue una fiel maestra de sus dos hijos en la doctrina cristiana y tuvo el gozo de verlos convertirse en cristianos cuando ellos eran muy jóvenes. Cuando éstos se hicieron adultos, los dos públicamente reconocieron cuán grande fue la influencia del ejemplo de su madre y su enseñanza en su conversión. Charles y Susannah estuvieron casados por 36 años, cuando Charles murió Susannah escribió: “Porque aunque a Dios ha tenido a bien llamar a mi amado para un servicio mayor, Él ha me ha dejado la consolación de todavía amarlo con todo mi corazón, y creyendo que nuestro amor será perfeccionado hasta cuando nos encontremos en esa bendecida tierra donde reina el amor supremo y eterno”. Su matrimonio fue modelo, fundado en amor y cimentado en una estima mutua. Spurgeon murió en la segunda mitad del siglo diecinueve.


TRANSFORMADAS 2019

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