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¡Sus Manos... a la Obra! Artículo #11

  • Lolis Durcik
  • 13 jun 2018
  • 5 Min. de lectura

¿Alguna vez has visto, en la televisión, a esos dos hermanos gemelos apuestos, divertidos y tan diligentes y experimentados en el trabajo, llamados Drew y Jonathan Scott, en el programa "Hermanos a la Obra"? Si no lo has visto, te cuento que es un programa que mi familia y yo disfrutamos muchísimo, nos emociona, nos reímos tanto con sus ocurrencias de ellos, aprendemos muchas cosas buenas y nos deja con cara de asombro y, a veces, hasta con algunas lagrimitas de alegría al ver el rostro de sus clientes sorprendidos, asombrados, maravillados por las hermosas transformaciones que hacen en una casa totalmente vieja, abandonada, arruinada, a veces infestadas con alguna plaga como de cucharachas, termitas, ratas, con olores horribles, bueno, en condiciones deplorables y, humanamente, inhabitables, inservibles y sin esperanza.

Uno de los hermanos gemelos es el agente de bienes raíces, mejor conocido como vendedor de propiedades; él, primero, le ofrece al cliente, literalmente, la casa de sus sueños pero el precio es totalmente inalcanzable, está muy fuera del presupuesto del comprador. Después, Drew y Jonathan, llevan al cliente a ver varias opciones con costos muy por debajo de su presupuesto para la compra de la casa, pero son casas que tienen casi ningún atractivo visual, o a veces ninguno, para el cliente, pero sí con mucho potencial para ser la casa de sus sueños y con ese remanente del presupuesto que tienen, les dan opciones y sugerencias sobre cómo poder transformarla para que quede como lo que literalmente sueñan y no pasarse de su presupuesto. Los clientes, en su mayoría, dudan mucho, no creen en que pueda ser verdad tanta belleza, pero porque estos jóvenes tienen el respaldo de su trabajo, seriedad, formalidad, y la satisfacción total de otros clientes, es decir, su reputación es de mucho prestigio, el cliente decide con comprar y poner su casa y su sueño en manos de estos simpáticos hermanos. En el momento en que el cliente decide poner esa casa en manos de ellos, se dejan llevar por su fe en Drew para la compra y en Jonathan para la transformación de la misma, en un tiempo previamente estipulado -6 a 7 semanas máximo- y el resultado es IMPRESIONANTE: Bellísimas casas que jamás pensarías que un día estuvieron en esas condiciones de ser totalmente indeseadas.

¿Sabes preciosa jovencita? Cuando yo decidí ponerme en las divinas manos del más grande Transformador de corazones y vidas de todos los tiempos y del universo entero, JESUCRISTO, mi vida se veía, precisamente, como esas casas: inservible, deseada por nadie, fea, en ruinas, totalmente vacía, oscura, abandonada, llena de basura y mal oliente que, muchas veces, vivía conformada o resignada a esa idea de que "esto me tocó vivir" -cuando yo era la que estaba decidiendo vivir así- "pues ni modo, mientras todos me vean feliz por fuera, lo demás no importa"… Pero ¡¡¡claro que importa!!!, te vas consumiendo por dentro, llenándote de amargura, con el corazón endurecido, llena de miseria espiritual, viviendo una vida vacía, sin sentido, ni propósito… Querida jovencita: ¡¡Eso, jamás ha sido el plan de Dios para la vida de un ser humano!!!

No importa la edad que tengas, ni en la condición que te encuentres, Dios quiere y puede transformarte... ¡¡¡No te conformes!!! Romanos12:2 "No os conforméis a este siglo, sino transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento, para que comprobéis cuál sea la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta."

Jovencita, hermanita, tal vez tú ya tengas tiempo en que te pusiste en manos de Cristo, pero te sientes todavía de esa manera miserable, déjame decirte que eso es o porque jamás Le permitiste trabajar en ti, le pusiste trabas, le quieres cambiar el plan a Dios, como algunos clientes interrumpen el trabajo de estos hermanos gemelos del programa cuando ellos ya tienen el diseño y plan "perfecto" diseñado y hasta aprobado por los mismos clientes y vienen los clientes mismos con cosas y detalles que uno se queda expresando: "ay ay!!! vas a arruinarlo todo!!!" o, puede ser que se trate de que te has conformado y estás estancada y no le has dado mantenimiento a tu vida, como una casa necesita cuidado y mantenimiento diario, a veces en pequeño y otras veces en grande... Por eso no hay más avance en tu vida, por eso ya no se ven más cambios.

Es increíble saber de tantas jovencitas y adultas que gastan mucho dinero, sus ahorros y hasta se endeudan para embellecerse, hacerse cirugías dolorosas y transformar su cuerpo y su apariencia, y eso no está mal –hasta cierto punto-, pero, por dentro, viven como esas casas mal olientes, llenas de basura, llenas de miseria, vacías, oscuras y solas. Lo peor de todo es que se han conformado a vivir así, en lugar de buscar la transformación verdadera que dará, como resultado, la divina plenitud espiritual, esa luz y ese brillo auténticos, iluminando su rostro y su vida de una manera muy especial, desde adentro hacia afuera.

¿Cómo te encuentras tú en este momento? ¿Conformada o transformada? … Amiguita, no le des más vueltas al asunto y no desperdicies el tiempo cavando tu propio pozo de miseria espiritual. El momento es ahora, ¡ponte en manos del Poderoso Transformador!

1.- Echa un vistazo a tu vida. Si no conoces a Jesucristo como tu único y suficiente Salvador personal, invítale a tu vida, si no sabes cómo, el equipo de Transformadas Para Una Vida Con Propósito estamos para servirte y apoyarte con ese paso tan decisivo y el más importante de toda tu vida. Él es Quien transforma las vidas, no nosotras. Solamente debes ponerte en Sus manos, a la manera de Él, no a la tuya. 2 Cor 5:17 dice: "De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas."

Si eres una jovencita que ya invitó a Jesús a reinar en su vida, pero no ha visto cambios, no hay transformación en tu vida, estás estancada en tu vida espiritual, entonces, acepta ese hecho y acércate nuevamente a Él. 1 Juan 1:9 "Si confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados, y limpiarnos de toda maldad."

Santiago 4:8a " Acercaos a Dios, y él se acercará a vosotros."

2.- Deja que Él haga Su trabajo en ti, mientras tú obedeces Su Palabra. Los resultados le corresponden a Él, no a ti. No manipules situaciones, ni personas, ni circunstancias para que las cosas salgan a tu manera. Él es perfecto, Él no se equivoca, Él hace maravillas en nosotros... Te sorprenderás. Proverbios 3:5-6 "Fíate de Jehová de todo tu corazón, y no te apoyes en tu propia prudencia. Reconócelo en todos tus caminos, y él enderezará tus veredas."

3.- Tú eres la que le pones límites y obstáculos para que Él no haga Su trabajo. No razones, no acomodes las cosas de Su Palabra a tu conveniencia o comodidad, sé humilde para reconocer tus fallas, para aceptar que fallas y que necesitas hacer un cambio en cualquier área de tu vida que te muestre. Tú marcas la rapidez de tu crecimiento personal espiritual. Él siempre está dispuesto a ayudarte, pero debes reconocer que Él es el Experto, no tú. Él es Quien te diseñó y sabe bien como funcionas tú y lo que necesita ser transformado en ti por medio de Su Palabra.

4.- Nunca dejaremos de aprender, ni de ser transformados mientras tengamos vida en este mundo, todos los días Él trabaja en nosotros. Fil 1:6 "estando persuadido de esto, que el que comenzó en vosotros la buena obra, la perfeccionará hasta el día de Jesucristo; ..."

5.- "Por tanto, nosotros todos, mirando a cara descubierta como en un espejo la gloria del Señor, somos transformados de gloria en gloria en la misma imagen, como por el Espíritu del Señor." 2 Cor 3:18

No tardes, no lo pienses más, no hay mejor evento, ni lo habrá, en tu vida, que el que te pongas en manos de Dios, en verdad... Invítale a poner "¡Sus Manos... a la Obra!"

Soy Lolis Durcik y... te amo en Cristo.

Contáctame en: lolis.transformada@outlook.com


 
 
 

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