top of page
  • Black Facebook Icon
  • Black Instagram Icon
  • Google+ - Black Circle
Buscar

Moru Pichardo de Olvera. Testimonio #8

  • Moru Pichardo de Olvera
  • 17 may 2018
  • 4 Min. de lectura

Mi nombre es Moru Pichardo de Olvera, mi esposo Rogelio Olvera y tengo dos hijos, Karime y Rogelio. Somos misioneros en el país de Ecuador.

Fui salva en el año 2009 por la gracia de Dios a la edad de 37 años. Mi vida sin Cristo era completamente vacía, tenía un matrimonio de 11 años que iba totalmente a la destrucción, yo tenía a mis hijos pequeños y solo me dedicaba al hogar y a cuidar de ellos, pero no era feliz, tenía muchos problemas, tenía depresiones y baja autoestima, creo que me sentía como otro mueble más de casa sin vida.

Era tanta mi tristeza, cansada de luchar día a día yo sin saber orar, recuerdo que cada noche me asomaba a mi ventana, miraba el cielo y le decía a Dios:

“Si en verdad me escuchas solo te pido una familia que te amé, unida y sin riquezas”

Pues eso estorbaba a nuestra vida, ya que mi esposo solo trabajaba y trabajaba para que no nos faltara nada “aparentemente”, pero él no se daba cuenta que mis hijos necesitaban un padre y yo un esposo, él siempre se afanaba cada día más en lo económico.

MI papá era el único Cristiano en la familia, oraba cada día por nosotros, me invitaba a la iglesia, pero yo incrédula no creía que Dios podía cambiarnos, aunque yo le pedía “dudaba” y así seguía mi vida, mi depresión me llevó a pesar 39 kg, me estaba consumiendo y eso me llevó a mas enfermedades, tuve una operación de cirugía mayor, estuve grave, gracias a Dios salí, pero aun así seguíamos necios en nuestras propias fuerzas; Dios ya estaba hablando a nuestras vidas.

Mi papá llevaba a mis hijos a la iglesia, pero yo seguía ocupada en arreglar mis asuntos, después mi hijo Rogelio se puso grave a la edad de 5 años lo operaron de emergencia y aun así seguíamos sin escucharlo, recuerdo que mi papá me decía:

“Dios tiene algo grande para sus vidas, solo debes creer”

Yo no le entendía, tenía mi corazón endurecido y lastimado, pero era tanta su insistencia que fuimos a la iglesia, algunas semanas.

Nuevamente el mundo nos atrapó, yo seguía necia en querer arreglar mi matrimonio en mis fuerzas, pero un día ya no pude más, era tan grande mi carga que decidí dejar de luchar, estaba cansada, agotada; pero Dios eso quería, que dejara de luchar para que Él pudiera actuar, fue entonces que trató con mi esposo directamente, tuvo un accidente y sintió temor a Dios; cundo él se recuperó, me dijo:

“Vamos a la iglesia, esto no puede seguir así”

Y ahí empezó Dios a cambiar nuestra vida, aceptamos a Cristo y ese vacío que yo sentía lo llenó Él, restauro mi vida, mi matrimonio y a nuestros hijos, no teníamos como pagarle a Dios lo que estaba haciendo en nuestras vidas y fue entonces que al año de conocerle, decidimos servirle de tiempo completo y nos fuimos al Colegio de San Luis Potosí en el 2011.

Dejamos todo, nuestras comodidades, nuestra ciudad Aguascalientes para empezar a prepararnos, en los 4 años de estudio Dios fue moldeando nuestra vida aún más y limpiando nuestros corazones de amargura, fue una lucha pero también una bendición el darnos cuenta lo que era vivir por fe, pero con nuestra familia unida en el amor de Dios.

En el 2015 mi esposo y yo graduamos, Dios nos llamó al país de Ecuador, y orando a Dios, esperando su voluntad fue que en Mayo del 2016 nuestro pastor Luis Ramos y la iglesia nos envían al país de Ecuador, ya tenemos 2 años trabajando en el campo misionero, y es un privilegio servir a nuestro Dios, fue que en tan poco tiempo así llegó nuestra vida cristiana, solo queremos que la gente sepa que tenemos un Dios vivo.

Mi papá ya no pudo gozarse con nosotros de como Dios sigue obrando en nuestras vidas, ahora él está en presencia de Dios, él murió cuando teníamos 1 mes de haber entrado al colegio de San Luis Potosí de 2011, pero le agradezco a Dios que usó la vida de mi papá y nunca se cansó de orar 11 años sin dudar de que Dios podía usarnos. El ver ahora como mi esposo predica de la Palabra de Dios, no hay gozo más grande en mi corazón como él ama a Dios.

Y ahora sé que hasta el último aliento de nuestra vida, le serviremos a nuestro Señor.

Les animo a que dejen de luchar en sus fuerzas, dale el control de tu vida a Dios y empezarás a ver como Él va obrando en tu vida, nuestra oración es un constante respirar para Dios, en sus manos estamos seguras, cada prueba nos ayuda a darnos cuenta del amor de Dios, como nos va moldeando y dirigiendo, es aprender a oír su voz en cada paso que damos a través de su palabra.

Deja de luchar, es tan hermoso ver como Él hace una gran obra en tu vida para su honra y su gloria, vive siempre con el gozo del Señor, todo nos ayuda a bien.

Dios les bendiga.


 
 
 

Comments


TRANSFORMADAS 2019

bottom of page