HUMILDE, INTELIGENTE Y MADURA. Artículo #6
- Lolis Durcik
- 22 abr 2018
- 5 Min. de lectura

¿Sabes? Me gusta mucho leer, soy algo así como un "ratón de biblioteca" y, el otro día, me topé con este pensamiento del cual tomé el título para este artículo: "Sé humilde para admitir tus errores, inteligente para aprender de ellos y maduro para corregirlos."
Ojalá supiera quién lo escribió para darle el crédito y decirle que Dios impresionó mi corazón por medio de él... o... ¿de ella?
Después, abrí la Palabra de Dios y me topé con estos dos versículos en el orden que se los comparto: Proverbios 22:4 "Riquezas, honra y vida Son la remuneración de la humildad y del temor de Jehová."
"El temor de Jehová es enseñanza de sabiduría; Y a la honra precede la humildad." Proverbios 15:33
Me quedé contemplando los versículos y después medité un rato en ellos y en el pensamiento que leí: Ambos versículos hablan del temor de Jehová, de la humildad, y de la honra.
Luego, el Espíritu Santo de Dios me recordó que Proverbios 1:7 nos dice que "El principio de la sabiduría es el temor de Jehová;" y Dios mismo me enseñó varias cosas que te quiero compartir y espero sean de bendición a tu vida como lo han sido para la mía:
*** El TEMOR DE DIOS Y LA HUMILDAD están íntimamente ligados, van de la mano, no existe el uno sin el otro, es decir: Si no tengo temor de Dios, no podré ser humilde y si no soy humilde, es porque no tengo temor de Dios.
El temor de Jehová se traduce en tenerLe una profunda reverencia y respeto a Él Quien es Dios y Rey Soberano; es tener un temor santo que me invita a no desagradarLe en cualquier y toda área de mi vida, es un temor que me hace temblar por desobedecer Su Palabra, entonces, cuando tengo temor de Dios soy y seré humilde porque reconoceré que lo que Él dice sobre mi es verdadero, porque sé que Él me conoce muchísimo mejor que yo misma me conozco, sé que no puedo esconder nada acerca de mi delante de Sus ojos, que Él no puede ser burlado y, de verdad, seré humilde para reconocer mis fallas delante de Él y de otras personas, aunque eso que Él diga sobre mi no me agrade ni tantitito.
*** Seré, también, INTELIGENTE, solamente si deseo aprender de esa lección, o situación, o también llamada oportunidad pero, no solamente por desearlo seré inteligente sino por aprenderla verdaderamente y, una vez aprendida la lección, entonces, valientemente debo decidirme a corregir mis errores con el método de Dios en Su Palabra y lo demostraré únicamente con mis hechos, así me cueste morderme mi orgullo, doblegar mi terquedad, mi necedad, mi insensatez, mi carnalidad, el beber mis lágrimas, mis palabras, mi comodidad, mi placer, lo que me gusta pero que me hace daño y, así, me cueste lo que me cueste, primeramente por amor a Dios, pero también por amor a mi prójimo y por amor a mi misma.
*** Haciendo ésto, eventualmente, seré una persona MADURA, el ser inteligente me llevará a crecer en MADUREZ y, por consecuencia, en sabiduría.
Las lecciones que yo aprendo y que no pongo en acción para convertirlos en hechos en mi vida personal, conforme a la Palabra de Dios, se quedarán en mero conocimiento, pero cuando yo decido aplicarlas y activarlas en mi vida personal, con fe y certeza de que Dios cumplirá Sus promesas en mi, entonces, ese conocimiento adquirido se convertirá en la joya más hermosa que embellecerá mi corazón y mi vida y la de cualquier ser humano que se ponga totalmente en las manos de Dios. Esa joya preciosa y de altísimo precio se llama sabiduría, sabiduría de lo alto, sabiduría plenamente celestial porque es de Dios.
Actualmente, la gran mayoría de las jovencitas, de las mujeres adultas y de los seres humanos en general, seguimos buscando señalar culpables por nuestros conflictos, por nuestras lágrimas, por nuestros corajes, enojos, celos, envidias, palabras, pensamientos, etc., etc., etc., cuando, en realidad, nosotras mismas somos responsables de la vida que vivimos, de las decisiones que tomamos, cuando nosotras somos las que decidimos nuestras actitudes, nuestras reacciones, somos responsables de la miseria personal espiritual y, muchas veces, de nuestra miseria física en la que nos encontramos porque no somos humildes para reconocer nuestros errores, ni para corregirlos delante de Dios y mucho menos delante de otros... Y, aún así, buscamos ser honradas y aplaudidas por nuestra gran deshonra a Dios mismo, a nuestro Salvador Quien murió por ese mismo pecado siendo clavado en la cruz del calvario para que podamos tener libertad de la condenación eterna, aún así, buscamos ser honradas por las cosas que Dios abomina y aborrece, buscamos ser honradas y aplaudidas por nuestra asquerosa arrogancia, mal oliente soberbia y repugnante orgullo... ¡¡¡Qué inmadurez!!! ... ¡¡¡Qué gran tristeza!!!
Cuando yo, Lolis Durcik misma, me he llegado a encontrar sumergida en mi terquedad y rebeldía, para nada tengo paz de Dios, ni tengo paz con otros, ni conmigo; no duermo agusto, lloro y derramo lágrimas porque quiero las cosas a mi manera y lucho por conseguirlo, pero NO me siento tranquila... Y... ¿Por qué no me siento tranquila?... ¡¡¡Es tan claro y tan simple: DIOS NO SE ENCUENTRA AHí!!!
Job 28:28 "He aquí el temor del Señor es la sabiduría, y el apartarse del mal, la inteligencia."
*** Y, entonces, ¿qué hay de la honra? bueno, veamos Proverbios 15:33b "...Y a la honra precede la humildad." ¿Ves? la honra viene como consecuencia del practicar la humildad en mi vida, de esa parte, se encarga Dios en un 100%, yo no me encargo de eso, ni nadie más.
La honra se traduce en bendiciones inesperadas, paz inexplicable, gozo inefable, e incluso felicidad duradera, que no perece, y empezarán a presentarse comentarios de la gente que se preguntarán y me harán preguntas como: "¿qué es lo que está sucediendo en ti?", ¡¡Wow! Qué cambiada estás!", "¿Qué bicho raro te picó?" y, entonces, daré a conocer y explicaré la Razón Suficiente de la Esperanza que hay en mí y hablaré de Ese Alguien Quien es Él que me está transformando desde adentro hacia afuera: JESUCRISTO.
El honor y la honra vienen sin que yo tenga qué publicarlo a los cuatro vientos, a mi me corresponde guardar esas cosas en mi corazón como María, meditando en mi corazón y dando gracias a Dios por Su infinito amor, Su sublime gracia, Sus abundantes riquezas derramadas en mi vida, a mi me corresponde quedarme quietecita y en silencio... ¡Oh! ¡Oh!... Creo que eso ya no te gustó, ¿verdad amiguita? Sobretodo en esta época de redes sociales donde quieres gritar todo, y a todos, y a los cuatro vientos lo que, según tú, has logrado, alcanzado, o hecho, ¿para qué? para que te alaben, te digan, te pongan en un pedestal, te aplaudan, te digan cosas bonitas, te eleven a ti por cinco minutos... Cuando Quien debe ser puesto totalmente en el pedestal es Dios, no tú, ni yo.
El traer honor y honra a mi vida le corresponde a Dios y solamente a Él y, cuando dejo que eso suceda y las preguntas y comentarios se presenten frente a mi, entonces, yo hablaré de Su grandeza, no de la mía, porque yo no soy la grandiosa... ÉL ES EL UNICO GRANDIOSO!!!
Que sigamos cultivando y practicando la humildad en nuestras vidas para la honra y la gloria, únicamente, de Jesucristo.
Te amo en Cristo:
Lolis Durcik
lolis.transformada@outlook.com
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